Hace aproximadamente dos años, en un esfuerzo por llegar a la vibrante y creciente comunidad latina de la Diócesis de Pittsburgh, Jorge Vela, director del Apostolado Hispano, comenzó a escribir una columna mensual de espiritualidad en español.
Esperamos que también lo disfruten los hablantes nativos de inglés, incluidos los estudiantes de nuestras escuelas católicas que están aprendiendo el idioma español.
About two years ago, in an effort to reach the vibrant and growing Latino community in the Diocese of Pittsburgh, Jorge Vela, director of Hispanic Apostolate, began writing a monthly spirituality column in Spanish.
We hope that it also will be enjoyed by native speakers of English, including students in our Catholic schools who are learning the Spanish language. (English translation follows Spanish.)
La voz del mensajero
Una columna de Jorge Vela
Profundicemos en el Misterio de Cristo
Hace tiempo tuve la oportunidad de leer un libro “Teresa de Jesús,” sobre la vida de Santa Teresa de Ávila y literalmente me encantó. Se trata de la biografía de una de las grandes santas de la Iglesia escrito por José María Javiere.
Uno de los aspectos que más me llamaron la atención es un comentario sobre el gran paralelismo entre la doctrina espiritual de Santa Teresa de Ávila y la postura de San Juan Pablo II durante su pontificado. ¿Cómo puede ser posible? Hay cerca de 500 años de diferencia entre ella y él.
La explicación consiste en la profunda vida espiritual entre estos dos grandes santos de la Iglesia. Como todos ustedes saben Santa Teresa de Ávila es una de las grandes pioneras de la oración llamada meditación y de San Juan Pablo II todos sabemos la importancia que le daba a su vida de piedad, especialmente en esas grandes jornadas de trabajo.
“El misterio de Cristo representa cabalmente un puente de Dios hacia la creación y de la creación hacia Dios. Gracias al círculo o anillo de la encarnación de la fe cristiana entable relaciones eficaces y fecundas entre el círculo de Dios y de lo creado” (Teresa de Jesús, José María Javiere, ediciones sígueme, página 21).
“A la tentación de aislar al hombre cortándole sus referencias profundas al misterio de Dios, Santa Teresa y Juan Pablo II responde asiéndose a la persona de Cristo que por su naturaleza divina nos alza hasta Dios y por su naturaleza humana ilumina la existencia del hombre; Santa Teresa arranca del misterio de Cristo para elevarse al misterio de Dios; y Juan Pablo II arranca del misterio de Cristo, para iluminar las realidades terrenas” (Teresa de Jesús, José María Javiere, ediciones sígueme, página 21).
“Todos los iniciados en la doctrina teresiana conocen la fuerza con que Santa Teresa utiliza la humanidad de Jesús para interpretar y vivir el misterio de Dios: a través de Cristo, Teresa camina su camino hacia Dios. Su penetración en el misterio la cumple apoyada, sostenida, probada y consolada con Cristo hombre, su esposo, su amor, su ternura, su Jesús de Teresa.” (Teresa de Jesús, José María Javiere, ediciones sígueme, página 21).
“El Papa Wojtyla utiliza la humanidad de Jesús para interpretar y vivir el misterio del hombre. Wojtyla apoya y defiende a los hombres, con la fuerza especial a los hombres marginados, hambrientos, sufrientes. Pero esta inmersión de Wojtyla en el tema humano, esta participación y esta interpretación, la realiza desde el misterio se Cristo” (Teresa de Jesús, José María Javiere, ediciones sígueme, páginas 21 y 22).
“La monja mística y el Papa catequista coinciden, pues, en la humanidad de Jesucristo, en ese misterio eje de nuestra historia de la salvación que empalma el círculo misterioso de Dios con el círculo misterioso del hombre. Ella cumple su misión histórica agarrándose a la túnica de Jesús para caminar hacia las estancias más interiores del castillo. El sale con Jesús hacia los campos abiertos donde los hombres viven su aventura personal y colectiva” (Teresa de Jesús, José María Javiere, ediciones sígueme) (Teresa de Jesús, José María Javiere, ediciones sígueme, página 22).
Me permití transcribir estos párrafos, ya que ambos parten del conocimiento y amor a Jesucristo, para acercarse al amor del Padre (Sta. Teresa), o aplicar ese amor de Jesucristo en los hombres (San Juan Pablo II).
Dentro de unos días se estará celebrando en Hungría el Congreso Internacional Eucarístico del 5 al 12 de septiembre. Seguramente la gran mayoría no podrá asistir, pero eso no nos excluye de participar en el Congreso desde la iglesia a la que asistamos y, dedicar un tiempo estos días a la adoración Eucarística y meditar en la persona de Cristo. Todo lo que hicieron Santa Teresa de Ávila como San Juan Pablo II fue fruto de ese verdadero conocimiento y amor a Jesucristo.
Les invito a participar en esos días, para que nuestra comunidad de Pittsburgh pueda ser parte del Congreso Eucarístico, profundizando en el amor de Cristo en nuestras vidas y que nos lleven a una profunda renovación espiritual.
The Voice of the Messenger
A monthly column by Jorge Vela
Let’s delve into the Mystery of Christ
Some time ago I had the opportunity to read a book “Teresa de Jesús,” about the life of Santa Teresa de Ávila and I literally loved it. It is the biography of one of the great saints of the Church written by José María Javiere.
One of the aspects that most caught my attention is a comment on the great parallelism between the spiritual doctrine of Saint Teresa of Avila and the position of Saint John Paul II during his pontificate. How can it be possible? There is about 500 years of difference between her and him.
The explanation lies in the deep spiritual life between these two great saints of the Church. As you all know, Saint Teresa of Avila is one of the great pioneers of prayer called meditation and of Saint John Paul II, we all know the importance she gave to her life of piety, especially in those great days of work.
“The mystery of Christ fully represents a bridge from God to creation and from creation to God. Thanks to the circle or ring of the incarnation of the Christian faith, establish effective and fruitful relationships between the circle of God and what is created.” (Teresa de Jesús, José María Javiere, follow me editions, page 21).
“To the temptation to isolate man by cutting off his deep references to the mystery of God, Saint Teresa and John Paul II respond by clinging to the person of Christ who by his divine nature raises us up to God and by his human nature illuminates the existence of man; Saint Teresa starts from the mystery of Christ to rise to the mystery of God; and John Paul II starts from the mystery of Christ, to illuminate earthly realities ”(Teresa de Jesús, José María Javiere, follow me editions, page 21).
“All those initiated into Teresian doctrine know the strength with which Saint Teresa uses the humanity of Jesus to interpret and live the mystery of God: through Christ, Teresa walks her way towards God. Her penetration into the mystery is fulfilled supported, sustained, tested and consoled with the man Christ, her husband, her love, her tenderness, her Jesus of Teresa ”(Teresa of Jesus, José María Javiere, follow me editions, page 21).
“Pope Wojtyla uses the humanity of Jesus to interpret and live the mystery of man. Wojtyla supports and defends men, with special forces marginalized, hungry, suffering men. But this immersion of Wojtyla in the human theme, this participation and this interpretation, is carried out from the mystery of Christ ”(Teresa de Jesús, José María Javiere, follow me editions, pages 21 and 22).
“The mystical nun and the catechist Pope coincide, then, in the humanity of Jesus Christ, in that mystery axis of our history of salvation that connects the mysterious circle of God with the mysterious circle of man. She fulfills her historic mission by clinging to Jesus’ tunic to walk towards the innermost rooms of the castle. He goes out with Jesus to the open fields where men live their personal and collective adventure ” (Teresa de Jesús, José María Javiere, follow me editions) (Teresa de Jesús, José María Javiere, follow me editions, page 22).
I allowed myself to transcribe these paragraphs, since both start from the knowledge and love of Jesus Christ, to get closer to the love of the Father (St. Teresa), or to apply that love of Jesus Christ in men (St. John Paul II).
In a few days the International Eucharistic Congress will be held in Hungary from September 5 to 12. Surely the vast majority will not be able to attend, but that does not exclude us from participating in the Congress from the church we attend and dedicating time these days to Eucharistic adoration and meditating on the person of Christ. Everything that Saint Teresa of Avila did as Saint John Paul II was the fruit of that true knowledge and love of Jesus Christ.
I invite you to participate in those days, so that our Pittsburgh community can be part of the Eucharistic Congress, deepening the love of Christ in our lives and leading us to a deep spiritual renewal.